En la Fundación para la Creativación, recientemente hemos tenido el honor de realizar un taller de propósito con menores no acompañados en colaboración con la plataforma educativa y con usuarios de los PILS de Girona y de Salt. Estos jóvenes son sorprendentes, preciosos y tienen ganas de que la vida les brinde una oportunidad.
El Viaje del Taller
Concebimos el taller como un viaje, con un inicio y una destinación, utilizando un mapa como guía. Este viaje comenzaba como en los tiempos antiguos cuando los griegos iban al oráculo de Delfos y se encontraban la frase "conócete a ti mismo" (γνῶθι σεαυτόν). No podemos saber a dónde queremos ir si no sabemos quiénes somos.
Dinámicas Sencillas pero Profundas
Utilizamos dinámicas muy sencillas que buscaban similitudes. Por ejemplo, pedimos a los jóvenes que se identificaran con un animal, eligiendo entre seis opciones con fortalezas distintivas. Al final, entregamos a cada uno una carta personal con el animal que habían elegido y sus fortalezas. Estas son tus fortalezas, este eres tú.
Explorando las Emociones
Una vez sabemos quiénes somos, es importante entender qué sentimos. Exploramos sus emociones, preguntando qué emociones tenían cuando dejaron su tierra y cuáles tienen ahora, utilizando emoticonos de WhatsApp. Fue precioso ver la ilusión, las ganas y la gratitud hacia una tierra que los ha acogido, donde trabajando duro pueden lograr su propósito.
Descubriendo Nuestras Potencialidades
Y ahora que sabemos quiénes somos y qué sentimos, es necesario descubrir qué llevamos dentro, cuáles son nuestras potencialidades, qué semilla tenemos dentro y que debemos hacer crecer. Aristóteles decía que el movimiento es el paso de la potencia al acto: lo que tienes debe transformarse en realidad. Para ilustrarlo, utilizamos el símil de la semilla, donde los jóvenes debían elegir y pegar su semilla de diferentes plantas en su mapa del viaje.
Definiendo el Futuro
Para finalizar el viaje, les preguntamos qué quieren ser. Con pegatinas de profesiones, los chicos indicaron en qué quieren transformar su semilla: médicos, policías, conductores, mecánicos, profesores... Fue hermoso ver cómo les brillaban los ojos.
El Cactus: Una Metáfora de la Resiliencia
Para alcanzar este propósito, debemos regar, iluminar y abonar nuestra semilla, nuestra planta. Al final del taller, entregamos a cada joven un pequeño cactus, una planta que resiste, que regaron y en la que pusieron su nombre. Esta planta simboliza que ellos deben cuidar su semilla, hacerla crecer y cuidarla para que se haga grande.
Este ha sido uno de los talleres más bonitos y sentidos que hemos realizado desde la fundación. La creativación nos ayuda a transformar el mundo, y con estos jóvenes, estamos seguros de que lo conseguiremos.
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