Hackatones que inspiran: Innovación educativa con el espíritu de MasterChef
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Etapas del acto creativo
Preparando el camino, incubación, soñar despiertos, e iluminación. Las cuatro etapas del proceso creativo.
Preparando el camino
Es la primera escena del acto creativo, es el momento en el que te sumerges en el problema, en busca de cualquier información que pueda resultar relevante. En este momento es cuando dejas libremente vagabundear la imaginación. En esta etapa es de crucial importancia el ser receptivo, el saber escuchar, porque tenemos el gran problema de ponernos a pensar soluciones de manera obvia. Además, otra barrera que nos impide absorber información es esa crítica voz interior que nos juzga y nos destruye nuestro espíritu creativo, pues somos seres inmersos de prejuicios y eso nos provoca un pensamiento negativo como “pensarán que estoy loco” o “esto no funcionará jamás”. Y entonces aparece la frustración, ese momento en el que la mente analítica, racional, en busca de una solución, alcanza el límite de las habilidades. La perseverancia es uno de nuestros mejores aliados porque llega un momento en el que la mente racional se rinde y algo hace “clic” y das un gran salto hacia delante porque sientes que te estas sumergiendo en la creatividad.
Incubación
Ésta es la etapa en que digieres todo lo has reunido. Mientras que la preparación exige un trabajo activo, la incubación es más pasiva, un estado en que mucho de lo que sucede se desarrolla fuera de tu conciencia enfocada, en el inconsciente. Por tanto la respuesta puede darse en un sueño o en un estado nebuloso, semejante al sueño, en el que estás apunto de dormirte o en cuanto te despiertas, por ello se recomienda siempre tener algo cerca donde apuntarlo. Porque nuestra mente continúa buscando soluciones aunque estés o no pensando en forma consciente en ello. Nuestro inconsciente es un almacén de todo lo que sabemos y conocemos, incluso cosas que no puedes evocar rápidamente a nivel consciente. Este es mucho más fértil para las iluminaciones creativas que el consciente, porque nuestra inconsciencia nos habla de manera que va más allá de las palabras, abarca los sentimientos más hondos y las exuberantes imágenes que abarcan la inteligencia de los sentimientos.
Soñar despiertos
Cuando estamos más abiertos a la inventiva del inconsciente es en aquellos momentos en que no pensamos en nada en particular. Es por eso que «soñar despierto» es tan útil en la búsqueda de la creatividad. Cualquier momento en que podamos soñar despiertos y relajarnos es útil para el proceso creativo: una ducha, un largo trayecto en coche, una caminata en silencio. Simplemente debemos de encontrar nuestro espacio donde poder liberarnos de la mente ocupada.
Iluminación
La suerte, la inmersión y el soñar despierto llevan a la iluminación, cuando de repente se te ocurre la respuesta como salida de la nada. Ésta es la etapa que en general se lleva toda la gloria y la atención. Pero el pensamiento solo, aunque sea todo un hallazgo revelador, todavía no es un acto creativo. La etapa final es la traducción, es decir, cuando tomas una idea y la transformas en acción. Traducir tu iluminación en realidad convierte tu gran idea en algo más que un simple pensamiento pasajero; la idea se vuelve útil para ti y para los demás.
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