Deberes en verano: ¿Si o no?

¿Cómo contribuir a la educación de los niños y niñas durante las vacaciones?

Ahora que niños y niñas están de vacaciones, las familias nos hacemos una recurrente pregunta: ¿Cómo conseguir que mis hijos no olviden lo aprendido durante el curso?
Y muchas familias ven en los cuadernos de verano la solución de esta necesidad sin tener en cuenta que estos cuadernos surgieron en una época donde se creía que la escuela era el único agente educador y, al terminar en junio, los alumnos se quedaban sin recursos para aprender durante las vacaciones.

Pero, por suerte, este pensamiento ha cambiado hoy en día. Varios estudios han demostrado que todo educa, a todas horas. Y es por eso que ya no se hacen necesarios los cuadernos de verano y pueden ser sustituidos por otras actividades con los mismos resultados.


Los pedagogos y educadores a favor de los deberes de verano argumentan tres motivos para justificar su uso:

  • Ayudan a mantener los hábitos de trabajo
  • Permiten no olvidar lo que se ha hecho durante el curso
  • Facilitan la incorporación al siguiente curso

Realmente son tres buenas razones para realizar deberes durante las vacaciones, pero nosotros nos preguntamos si podemos conseguir estos mismos resultados con otras actividades. Y estamos convencidos de que sí se puede, sólo hay que usar la imaginación y la creatividad, proponiendo a los niños actividades que los motiven y que pongan en práctica el aprendizaje significativo.
Pero ... ¿cómo se hace esto? Muy fácil: Practicando lo aprendido en los libros. Haciendo y no leyendo cómo se hace. Es decir, buscad o inventad actividades y juegos que incluyan conceptos de lengua, matemáticas, ciencias naturales... siempre teniendo en cuenta una premisa: la actividad debe ser divertida.


Os proponemos 10 ejemplos que creemos imprescindibles:

  • Escribir postales a compañeros desde el lugar de vacaciones
  • Hacer la lista de la compra, ayudar a comprar, pagar ...
  • Escribir un diario de vacaciones
  • Empezar una colección de hojas, piedras, conchas ...
  • Hacer experimentos con elementos cotidianos
  • Visitar exposiciones o museos divertidos o diferentes
  • Observar la naturaleza: vegetación, animales ... y escribir un diario de campo
  • Representar pequeñas obras de teatro
  • Hacerse preguntas y encontrar respuestas sobre lo que les llama la atención
  • Y, sobre todo, disfrutar del aburrimiento como fuente de aprendizaje espontáneo!
     

Feliz Verano Creativo!
 
Cati Hernández
Psicopedagoga de Fundación para la Creativación

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