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6 TIPS CREATIVADORES DE LA ESCUELA THAU
Ganadores de los premis "Eduquemos la Creativación"
6 TIPS CREATIVADORES DE LA ESCUELA THAU
Este mes de junio hemos celebrado los premios Eduquem la Creativació, organizados por nuestra fundación, donde hemos destacado la Escuela Thau de Barcelona como Escuela Creativadora por su proyecto creativo e innovador, pero sobre todo por su trayectoria educadora en la creativación.
Agustí Olivares, director de la escuela, nos ofreció durante la entrega de los premios una visión panorámica de su apuesta por la creatividad y la innovación. Hoy resumimos lo que él nos dijo con los 6 tipos creativadores de la Escuela Thau.
EL CONSEJO DE LOS NIÑOS
Quizá sea obvio, pero realmente no es usual que una escuela tenga un órgano participativo, consultivo y ejecutivo en todos los ámbitos educativos. Desde los más pequeños hasta quien se prepara para el mundo universitario, son citados regularmente para representar a todos sus compañeros a la hora de decidir aspectos que afectan al día a día del centro o actividades y proyectos de futuro. El Consejo de Niños es importante para sentirse parte real de la escuela, ser verdaderamente protagonistas y para ver que las propuestas de los estudiantes son escuchadas y valoradas. No es sólo un formalismo, es una realidad: todas las opiniones son escuchadas. Quizás no se puedan materializar, pero como dice Agustí, “bienvenidas las ideas de bombero”.
LA DIGNIFICACIÓN DEL ROLLANA
¿Recuerda los círculos que hacíamos de pequeños en el parvulario o de colonias y campamentos? Quizás lo vemos como algo de antes o una manera de hacer un poco exótica, pero realmente, ¿cuántas nucas y cuántos ojos ven a los estudiantes en su vida escolar? Esta idea de Agustín nos hizo abrir los ojos. Hablar mirándose a los ojos es muy importante. De hecho, lo hacemos desde que la humanidad es humanidad, en torno al fuego, contando historias ancestrales. El proyecto educativo de la Escuela Thau comporta la dignificación del corro, el hecho de sentirse partícipe de un grupo que transmite calentamiento y confianza y donde, sobre todo, se habla entre iguales mirándose los ojos.
LOS ESPACIOS
Lo primero que sorprende a los visitantes de la escuela es su arquitectura. La Escola Thau fue construida en los años setenta con una visión fuerte de futuro: espacios anchos y diáfanos, y sobre todo de cara al horizonte. Quizá, si lee este post y no sois del mundo de la educación, no encontrará importante este dato, pero para el desarrollo del proyecto educativo, unos espacios que permiten el trabajo grupal o individual y unas perspectivas abiertas de ventanas hacia fuera son fundamentales. Agustí nos decía que debería hacerse la visita agachados, como si fuéramos niños. ¿Nos hemos planteado alguna vez qué ven los niños desde su tamaño? ¿Qué tenemos en las paredes? No cabe duda de que los espacios son una de las claves del éxito creativador de la Escola Thau.
EDUCANDO A LOS ALUMNOS PARA MEJORAR EL PRESENTE
Los educadores a veces caemos en el error de decir y pensar que estamos educando para el futuro, es decir, que los niños y jóvenes que acompañamos en el ámbito académico y personal deben estrenarse en el mundo cuando acaban los estudios. ¡Es un error! Agustí nos recordaba que los estudiantes de la Escuela Thau no son el futuro, son el presente, y por eso su metodología creativadora está preparada para que todo el potencial creativo del niño y el joven se lleve al ahora ya el aquí. Evidentemente, la Escuela Thau hace lo que hacen todas las demás escuelas, preparar para el futuro, pero sin olvidarse de que en este “ahora mismo” también están presentes.
ABIERTOS A LOS RETOS DE SU ENTORNO
Los otros cuatro tipos anteriores no tienen sentido si la escuela estuviera cerrada como una caja fuerte y no estuviera presente en su entorno más inmediato. La escuela tiene proyectos creativadores con instituciones de su ciudad y de su barrio, como ayudar a los médicos a mejorar su día a día en el Hospital de San Juan de Dios, diseñar y construir elementos de jardinería en guarderías de Les Corts y el Baix Llobregat, o diseñar y construir el huerto terapéutico del Hospital Vall d'Hebron. Podríamos mencionar otros muchos proyectos, pero la idea es tomar conciencia y actuar, y de ello los alumnos y sus docentes saben un nido. Un último proyecto que no puede quedar desapercibido es, en este caso, más de puertas adentro, cuando los chicos y chicas diseñaron unos artilugios para que un compañero con movilidad reducida pudiera jugar los mismos juegos que ellos.
EL GRUPO DE JAZZ
¿Se imagina el primer día que su director ejerce como tal y, reuniendo el claustro de la escuela, le dice que ahora la forma de organizarse será como un grupo de jazz? Pues Agustí empezó así con sus compañeros y compañeras. El mensaje es muy potente, ya que en un grupo de jazz no hay director, hay alguien que marca el ritmo con la batería, pero todo el mundo puede permitirse hacer solos. Todo el mundo tiene protagonismo, todo el mundo es miembro del grupo y su proyecto es valioso para la escuela. Todo esto serían palabras bonitas si no hubiera hechos organizativos que se traducen en horas y recursos hacia el proyecto, dotando la actividad de una capacidad y uno reconocemos
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