Niños creativos, adultos literales (Continuación)

Hoy en día la creatividad e innovación son dos aspectos muy bien valorados e indispensables en el ámbito profesional, pero en la escuela pasa todo lo contrario y eso hace que cuando los niños son mayores ya no son tan creativos como cuando eran pequeños.

Robinson, en sus conferencias explica que todos los sistemas educativos del mundo datan de una realidad del siglo XIX, donde se iba a la escuela para conseguir un trabajo, y se basan en una jerarquía de temas donde las matemáticas, los idiomas o las humanidades tiene más peso que las artes porque el objetivo es llegar a la universidad y preparar profesores universitarios. En una sociedad industrial, formarse quería decir acumular información y conocimiento para luego aplicarlo en el puesto de trabajo. Hoy, en una sociedad donde la información está a golpe de clic, más que acumular conocimientos teóricos se necesita desarrollar habilidades y capacidades para el desempeño profesional.

Además, según diferentes estudios, la creatividad tiene que ver con el hemisferio derecho del cerebro, el que rige las emociones, la imaginación, los sentimientos… Y, en cambio, la escuela está centrada en el hemisferio izquierdo, en el análisis, la razón, la secuencia uno a uno. Por eso se organiza en cursos, trimestres, lecciones… y se prima la organización, el orden, los trabajos en power point y los exámenes de respuestas cerradas sin dejar sitio a la imaginación y creatividad.

 

Es por eso que desde la Fundación para la Creativación intentamos que las escuelas hagan nuestros cursos de creatividad e innovación para que así los niños no pierdan sus cualidades y habilidades.